viernes, 18 de septiembre de 2009

¿Quién rompe la institucionalidad? (Oscar Peña Franco?

El tema es motivo de conversación en todos los espacios de la sociedad cruceña. De ello se conversa largo y tendido en charlas de café, en las mesas familiares del mediodía, en las pausas laborales de talleres y oficinas y hasta entre amigos en casuales encuentros callejeros. De ello se habla en los más diversos tonos: se grita, se discute, se polemiza e incluso se razona cuando los protagonistas del encuentro verbal son ciudadanos tranquilos que sólo desean la solución pacífica de los problemas

Otros, nos imaginamos, deben ser los decibeles que alcanzan las pláticas en los interiores conmocionados de las más fuertes y poderosas instituciones cruceñas, con el Comité Pro Santa Cruz, la Cámara de Industria, la Cámara Agropecuaria del Oriente en primera línea, y algunas más, visibles o no visibles, cuya notable influencia, según los que se jactan de saber mucho sobre este asunto, va más allá de lo imaginable.

Los “analistas”, que son una raza numerosa de egresados de universidades televisivas que les extienden el título con generosidad culposa, y los analistas auténticos, que son pocos pero buenos, también andan preocupados. No es para menos: la institucionalidad cruceña está sumida en la más honda las crisis de los últimos años.

Resulta difícil creer que este momento asaz embrollado sea nada más que consecuencia de la invitación extendida por la Cainco al presidente Evo Morales para que realce con su presencia, como lo han hecho todos los jefes de estado en todas las ferias. Hay, tiene que haber, algo más. Hay quienes atribuyen la cuestión a una disputa entre dos grupos de poder o logias y que los caballeros quieren desplazar a los toborochis de no sé qué sillón importante. Como de esto sé muy poco, aquí lo dejo.

La Cainco y el Comité Pro Santa Cruz, importantes cada uno en su campo respectivo y complementarios en la conformación de la hasta hoy sólida institucionalidad cruceña, están hoy inocultablemente enfrentados, debilitándose de manera recíproca, dando lugar al deplorable estilo del insulto, al menos por parte de uno de los protagonistas del insensato duelo. Y nosotros, sin poder saber la naturaleza y los motivos de semejante confrontación

Es esta una confrontación que no se puede prolongar por mucho tiempo. Y es una oportunidad brillante para que empiecen a visibilizarse ciertos aspectos sustanciales que afectan a la organización, a la vida y al desarrollo futuro de la comunidad cruceña. De una vez por todas hay que derrumbar los mitos o conocer las realidades.

Es triste observar a Santa Cruz en estas condiciones en la conmemoración del año víspera de su bicentenario patrio, en el que recordará su contribución, valiosa como pocas, a la independencia del yugo español y a la construcción de un estado libre e independiente del que forma parte.
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El autor es periodista

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