jueves, 17 de septiembre de 2009

Los malos contra los malos (Manuel Vargas)

FUERA DE FOCO

No me gustan, no me convencen. Ya lo he dicho, el Gobierno es malo, pero no soy de la oposición. La oposición es igual, pero no soy oficialista. Estoy en el limbo. A esta conclusión he llegado: No hay pelea entre buenos y malos, sino de malos contra malos

Como siempre ocurre, antes, ahora y por siempre, la contienda electoral en nuestro país, que culminará el domingo 6 de diciembre, será entre los malos y los malos. Sí. Los malos contra los malos, porque los buenos están en el cielo de nuestras fantasías. Me explico. Mejor dicho, no me explico. (Lo que pasa es que eso de meterse a la política, como participante o como comentarista, es de lo más terrorífico)

Ante la nueva situación de los candidatos y los partidos y los frentes rumbo a diciembre, uno se queda con palabras como: Callejón sin salida. Cuándo tocaremos fondo. ¿Y ahora qué hacemos? ¿Esto es lo que quiere la gente? Porque no me gustan ni las caras de felicidad de la oposición de bigotes, ni las poses triunfalistas y sobradoras del oficialismo. Ambos lados me ponen los pelos de punta.

Pero esto había sido también la democracia. Aguantar caras y poses. Y así estamos. Enfrentados como siempre, en los extremos como siempre, fomentando la división y cada uno feliz de la vida. ¿No era que el camino iba a ser el de la reconciliación y la búsqueda de un centro para llegar a un acuerdo? ¿Seguimos con la lógica de aplastar al enemigo? ¿O todo es pose y cálculo para no llegar a nada, es decir, para estar en las mismas o en las peores, bien gracias, aquí no pasó naranjas?

No me gustan, no me convencen. Ya lo he dicho, el Gobierno es malo, pero no soy de la oposición. La oposición es igual, pero no soy oficialista. Estoy en el limbo. A esta conclusión he llegado: No hay pelea entre buenos y malos, sino de malos contra malos. Bueno… eso de malos es un decir. Y eso de buenos es de ingenuos. Pero eso somos. Animales políticos. Más lo primero que lo segundo, sin ofender a las irracionales criaturas.

Digamos que la oposición es de derecha. De acuerdo. ¿Pero por eso vamos a decir que el oficialismo es de izquierda? ¿Qué es izquierda? ¿En qué se diferencian entre sí? ¿En el color de la piel? ¿En el discurso? ¿En el que tiene más indios o menos indios en sus listas? Pues sí, señores, estamos los malos contra los malos. Lo demás son buenas intenciones. Lo demás son discursos, o esperanzas, o idealismos. No existe el frente ideal, la oposición ideal, el oficialismo ideal. Somos malos. Somos realistas. Y ni modo, de esta constatación tenemos que partir… al despeñadero.

¿Y si de repente, por si acaso, cuál de los dos frentes es el “menos malo”? ¿Eh? ¿Es decir, para que se beneficie con mi voto? ¿O me voy a ir por las ramas, por la neutralidad, por el facilismo de no votar por ninguno de los dos extremos? ¿A quién le sirvo mejor, quién se sirve mejor de mi ingenuidad? ¿O esto de la política es simple y llanamente pura paja y me importa, nos importa, un pito? ¿Y el asunto importante está después de diciembre? ¿En abril, o para las calendas griegas? ¿Y los seres humanos, los individuos, nada podemos hacer frente al vendaval de la historia? ¿Quién hace la historia? ¿Cuál historia? Tengo que despertar de esta pesadilla, sí, tengo que despertar a la cordura, no soy político, tampoco un resentido ni un pesimista. ¿Quién soy?

Voy a despertar, sí, voy a despertar al… al total delirio.

Evo Morales y Álvaro algo habían tenido de bueno.

Manfred y “Leo” algo habían tenido de bueno.

Y los que no estén de acuerdo conmigo tienen toda la razón del mundo.
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El autor es escritor
apartatejoyo@hotmail.com
Fuente; n Los malos contra los malos-Manuel Vargas *

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