lunes, 14 de septiembre de 2009

El voto de los bolivianos en el extranjero (Francisco Justiniano Suárez)

Con la divulgación de las listas de candidatos y candidatas a diputados y senadores para la futura Asamblea Legislativa Plurinacional se abrió un nuevo ciclo del proceso que culminará el 6 de diciembre y aunque habrá muchas enmiendas, las propuestas electorales de cada binomio prácticamente ya están fijadas.

Según datos estadísticos que han dado a conocer empresas especializadas, el voto de los connacionales que radican en el exterior, básicamente en España, Argentina, EEUU, Italia, Suecia y Japón, alcanza al 6% del padrón, participación que la Ley de Régimen Electoral Transitorio establece como tope.

Este porcentaje, que equivale a 211.000 votos, es siete veces mayor a la población electoral de Pando, mayor que la de Tarija, Oruro, Beni e igual a la de Chuquisaca, por lo que no exageramos al afirmar que los compatriotas que viven en el extranjero bien pueden definir las elecciones del 6 de diciembre desde la distancia.

Sin embargo, según datos confirmados por NNUU y otras publicaciones de alta confiabilidad, el voto en el exterior nunca llega a superar el 0,5% del padrón de cualquier país, pero como en Bolivia todo es posible, esta cifra puede llegar al 6%; y, por si fuera poco, el régimen actual, en el afán de reproducir el poder, estudia la posibilidad de aumentarlo para manipularlo a su favor.

No por nada se muestra preocupado por los paisanos que viven fuera del país, pero sin desarrollar políticas de Estado pensadas para que regresen a Bolivia.

Pese a ello, ahora que estamos en pleno proceso electoral es seguro que el presidente Morales emprenderá giras por los diferentes países donde residen bolivianos para hablarles de su candidatura, en franca campaña proselitista, pagada con fondos estatales.

Acá es bueno aclarar que de ninguna manera se trata de coartar el derecho al sufragio que tienen los compatriotas que han viajado allende nuestras fronteras en busca de mejores condiciones de vida, pero es necesario puntualizar que no es justo que ellos, que no tienen la más mínima intención de volver al país, voten por un Gobierno cuya gestión –a la distancia– no van a sufrir y aguantar; que no van cargar con las consecuencias de una mala elección, máxime si ya han echado raíces afuera y no piensan regresar a corto plazo a su tierra.

Es hasta irresponsable tomar una determinada decisión cuando no se va a sufrir los resultados y sus efectos, como coloquialmente decimos: hacer la jocha para luego mirarla de palco. O sea, es fácil votar por un Gobierno cuando se va a vivir lejos de él y son otros los que van a pagar las consecuencias.

Entonces, es de esperar que las autoridades de Gobierno no inicien ningún tipo de acción para manipular los votos de los connacionales en el exterior, que los aspirantes a la silla presidencial o al Parlamento demuestren madurez en sus ofrecimientos, que usen el ingenio y la creatividad basados en la realidad y no en las mentiras espectaculares, pero inaplicables, que defraudan y hacen perder la poca fe que queda en los políticos. ¡Hasta la próxima!

* Comunicador

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