Finalmente, la oposición no logró articularse en un solo frente común. Lo del ‘frente amplio’ es apenas asociable a congregaciones de relativa dimensión cuantitativa, como las que encabezan Reyes Villa y Doria Medina, puesto que tras de ambos aparecen cinco candidatos más de línea antimasista. ¿En qué medida las restantes cinco fórmulas opositoras al MAS, en términos globales, restarán votos a los dos primeros? ¿Determinarán una fragmentación del voto de la masa ciudadana opuesta al Gobierno? Aún no tenemos encuestas con resultados que en algo nos despejen la duda. Sin embargo, las practicadas en meses pasados, sobre todo aquélla que se hizo en las principales ciudades y en la zona rural del país, nos permiten ingresar a un juego cabalístico sobre el tema.
Supongamos que el voto opositor ascienda al 30% de la votación global. Es posible que aquél se imponga en algunas ciudades (Santa Cruz, Tarija, Trinidad, Sucre y Cobija), pero que pierda en otras (La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba). El voto rural, particularmente en la zona occidental del país, a causa de muchos factores, equivaldrá para las fracciones opositoras a barrera difícil de contención en su marcha hacia un porcentaje mayor al citado. Sin embargo, debe tomarse en cuenta el efecto corrosivo que significará al oficialismo el descontento de muchos sectores de sus ‘movimientos sociales’ por no ver aparecer a sus candidatos a escaños en el Legislativo en la nómina del MAS.
¿Quién se adjudicará la mayor parte del referido 30%? (el voto en blanco, nulo o ‘ausentista’ puede llegar a más del 15%) ¿Reyes Villa? ¿Samuel Doria Medina? Podemos y el MNR abandonaron el barco preelectoral, pero es poco probable que hagan lo propio los ciudadanos que constituyen la base social de ambos partidos. Nos referimos a los podemistas y movimientistas de a pie. Es decir, a todos aquéllos que escapan a todo control direccional, por lo que al final, en las urnas, sin candidatos propios por los cuales sufragar, votarán por la opción que les inspire más confianza. ¿En torno a qué? Pues a mayor capacidad de captación del voto ciudadano. Ajustarán el suyo a una dirección triunfalista o, por lo menos, de castigo al régimen que reprueban.
Si Reyes Villa o Doria Medina logran alzarse con el mayor porcentaje del voto opositor, es algo que ya percibiremos algunas semanas antes de las elecciones. Todo dependerá del contenido de sus propuestas programáticas y de la forma en que con ellas puedan congregar en torno suyo a la masa electoral opuesta a la dupla del MAS. Si las opciones opositoras obtienen el 30% del voto antigubernamental, es previsible que Reyes Villa y Doria Medina, de forma conjunta, se adjudiquen más de la mitad de tal cifra. ¿Con el 18% del total de sufragios, el primero, y con el 10%, el segundo? ¿Las cinco duplas opositoras repartiéndose el resto?
¿Mero juego cabalístico, el expuesto? Claro que sí, pero con cifras que no tienen las plantas en el vacío, sino en la lógica y la racionalidad.
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El autor es abogado y periodista
domingo, 13 de septiembre de 2009
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