martes, 8 de septiembre de 2009

No me resigno… (Juan Boliviano)

No me conformo con la pretendida obligación de tener que votar en contra y no en favor…No creo que el llamado “voto castigo” sea una actitud positiva.Tampoco quiero verme en la circunstancia de elegir al candidato menos malo, sabiendo que, como los otros, no tiene capacidad para emprender la tarea de resolver los problemas nacionales.
Me resisto, por último, a votar en blanco. Creo que es una muestra de invalidez en el juicio.
Pero esto es lo que se nos presenta a los bolivianos: Por un lado, un furioso populismo racista, manejado por ignaros y, por otro, la no solución, la no esperanza, la no respuesta inteligente; sólo la impostura, es decir otro tipo de ignorancia, la disfrazada tras una corbata que oculta vergonzante un uniforme militar mal honrado.
Hasta hace poco, yo ya sabía por quién no votar. Esperaba la conformación de una opción seria, una propuesta bien articulada, una imagen confiable, alejada de la demagogia y de las frases intrascendentes y bobaliconamente generales de “hacer gestión”, de combatir la pobreza, de luchar por los desamparados, de desarrollar una política exterior realizadora y digna, de solucionar la crisis económica que ciertamente se cierne terrible, de castigar la corrupción y luchar contra el narcotráfico. “Worlds, worlds, worlds”, porque no se revela –no las hay- tendencias políticas ni económicas, ni definiciones, ni propuestas concretas…en suma, nada, por que no entienden ni saben.
Y los desesperados, con ingenuidad olímpica, se alistan para el holocausto político. Sé que no hay males sociales insolubles; que la justicia y la libertad pueden restablecerse, que el respeto puede ser conquistado. Pero no con la improvisación, con el aventurerismo, con la pretensión de reemplazar la ignorancia prevaleciente con la ofrecida por un también enfermo de vanidad, desvariado y ávido de poder. Creo que es muestra de inmoralidad usar al perseguido en provecho propio, al caído o encarcelado para trepar.
No tengo por quién votar en diciembre… ¡Este es mi drama existencial!

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