viernes, 11 de septiembre de 2009

Ana María, senadora (Gregorio Lanza)

SIN MÁSCARA


No cabe la menor duda, una de las sorpresas de estos tiempos preelectorales ha sido la decisión del presidente Evo Morales Ayma de abrir sus listas a representantes de la sociedad con personalidades reconocidas por su capacidad, servicio público y conocimiento en diversas áreas. Entre ellas figura el nombre de Ana María Romero de Campero, quien fuera la primera defensora del Pueblo, quien aparece en las listas para senadora por La Paz.

Con toda la claridad con la que siempre actuó, en una entrevista con el Sistema Erbol, Ana María ha señalado que está dispuesta a dar su aporte

—que será generoso como siempre— en este proceso de cambio; parafraseando al ex presidente estadounidense John Kennedy ha señalado que no pensemos en lo que la Patria nos puede dar a nosotros, sino en lo que nosotros podemos dar a la Patria. Consecuente con su servicio a la sociedad y su compromiso con los más débiles, la señora Romero ha señalado que este proceso de cambio es la gran oportunidad para superar las injusticias históricas que existen. Aseguró que su rol será el de buscar el diálogo y articular procesos de consenso para enriquecer la democracia y la justicia.

La importancia del paso dado por quien fuera la Primera Defensora del Pueblo consiste en que abre extraordinarias posibilidades para superar uno de los aspectos débiles de la actual gestión de Gobierno: su capacidad limitada para concertar el diálogo y consolidar la nueva hegemonía a través del consenso, para que además sea sostenible, especialmente en la región oriental y/o con relación a las clases medias.

El acontecimiento puede considerarse muy trascendente, por ello mismo, en los últimos días hemos visto comentarios, incluso irrespetuosos, de voceros o “intelectuales” de la derecha que hablan desde simple utilización de su figura, para ganar adeptos, o de un simple intento de mutar la imagen del Gobierno de “diablo a oveja”: O no conocen a Ana María Romero o existe un interés velado en sus declaraciones.

Pero este hecho muestra que, además, será dentro del proceso de cambio donde se pueda incluir la diversidad para que en debate y procesos de deliberación se puedan escoger las mejores alternativas en nuestra política pública. La diversidad constructiva al interior del proceso de cambio puede enriquecer la democracia participativa que se viene generando a partir de 2005.

Esta opción se vislumbra como parte de un sistema político con un partido hegemónico y una oposición de derecha no renovada. El denominado binomio de la muerte es eso, más del pasado. Así como las otras opciones de centro o derecha que solamente buscan mayores espacios de poder a fin de encarar una defensa de sus intereses personales, más allá del derecho de participar en elecciones que cada uno de ellos tiene, no contribuyen en sentido alguno al enriquecimiento de nuestro sistema democrático.

A diferencia de aquello que ocurría en el pasado, ser miembro de la Asamblea Plurinacional no será un patrimonio destinado a tal o cual familia, como un producto del tráfico de influencias o incluso la compra de curules. El nuevo proceso irreversible que se abre en el país requiere del esfuerzo de todos los bolivianos, y por eso mismo las señales que nos da el presidente Morales y la presencia de personalidades como Ana María Romero renuevan y dignifican la política.

*Economista y master en política pública

grelanme@yahoo.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario