jueves, 10 de septiembre de 2009

Estatuas de sal… (Roberto Ruiz Bass Werner)

TUMPA PIRE




Ana Akhmatova dedicó uno de sus célebres poemas a la mujer de Lot, imaginando cómo, en el duro camino hacia la virtud, durante el escape de Sodoma, no resistió a los susurros de su corazón, cada vez más fuertes y extraños: “… no es todavía demasiado tarde, tienes tiempo para mirar hacia atrás!!”. Ella miró y sus ojos se cerraron con dolor. Sus pies fugitivos se hicieron parte del suelo pedregoso, su cuerpo se convirtió en un pilar de sal.
Un drama parecido está viviendo hoy la oposición de derecha en el país. El error estratégico de haber pactado la nueva Constitución Política del Estado en octubre y haberla luego negado tan categóricamente en enero les está pasando una severa factura histórica.
Otra habría sido su situación si, apropiándose de todas las importantes modificaciones introducidas al texto de Oruro y del nuevo capítulo sobre las autonomías, hubiera impulsado el Sí en el referéndum. En ese caso no le habría entregado la victoria completa al MAS y cabalgaría hoy, de cara a las elecciones de diciembre, sobre una propuesta alternativa de rediseño orgánico funcional del Estado y no ofreciendo pilas de litio por un lado y camotes orgánicos por otro (¡!). Éstas no son candidaturas a la Presidencia de un país en compleja transición. ¡Más parecen postulaciones a algún Viceministerio de Energía o de Agricultura!
No es posible —por lo menos en el corto plazo— plantear una alternativa de país diferente a la que ofrece el MAS si partimos negando la realidad: Sodoma está siendo destruida, el escape es difícil y esforzado, diferentes caminos están abiertos y no es posible ya mirar hacia atrás.
Lo dramático resulta del hecho de que el punto de partida —la Nueva Constitución Política del Estado— no es ni conocido ni reconocido por estas fuerzas políticas extraviadas. Por lo tanto, no pueden liderar el rumbo alternativo. En su chatura política y su bancarrota ideológica no pueden hacer otra cosa que escapar hacia adelante, detrás de un Lot indígena al que desprecian y desean sacar del juego.
Esto explica cómo y por qué aparecen hoy tan dispersos y perplejos. Golpeados duramente por un proceso político que no entienden, agotados y nostálgicos, sienten también resonar el susurro tentador, “… no es todavía demasiado tarde, tienes tiempo para mirar hacia atrás…” (¡!) y se dan la vuelta… sólo para quedar petrificados.
Esto explica, en resumidas cuentas, el fracaso en la estructuración de un frente amplio; la parálisis del proceso de construcción de las autonomías departamentales en Tarija, Beni y Santa Cruz; el atrincheramiento en posiciones maximalistas y estériles como el rechazo visceral a cualquier diálogo con el nivel central y, finalmente, su romance apasionado e incondicional con el padrón biométrico (¡!).
Parafraseando a la poetisa judío-soviética, vale la pena preguntarse: ¿quién los llorará como parte de la familia de Lot? ¿No son acaso para nosotros la menor de las pérdidas? ¿Valió la pena entregar la vida por una mirada?
Las consecuencias de esta dispersión no son saludables para nuestra democracia. Es altamente probable que Evo pueda ahora lograr con un 40% de la votación nacional lo que no pudo con un 54%: controlar ambas cámaras en la futura Asamblea Legislativa Plurinacional. En término de los necesarios equilibrios y contrapesos que requiere cualquier democracia funcional, esto no parece recomendable. Por otro lado, los resultados de abril están íntimamente vinculados con los resultados de diciembre.

El autor es Senador de Podemos
rrbw2005@gmail.com

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