miércoles, 9 de septiembre de 2009

Como pompas de jabón (Carmen Beatriz Ruiz)

Temprano comenzaron a elevarse las propuestas de candidatas y candidatos a la presidencia de la República para las próximas elecciones a realizarse en diciembre. Tempranamente también se fueron reventando, como pompas de jabón.
El hasta ahora estrepitoso fracaso de las diversas, fragmentadas y desprovistas de contenido expresiones de la oposición de presentar una alternativa al Movimiento al Socialismo (MAS) muestra que eran pura espuma, lo que explicaría por qué fracasó el esfuerzo, pero todavía quedan preguntas y, quizá, una que otra respuesta. ¿Está yendo la oposición a las elecciones como una crónica de muerte anunciada? Es que no se puede inventar una oposición en pocas semanas y, menos aún, basada en aspiraciones de personas y desprovistas de proyectos. Con las honrosas excepciones de Samuel Doria Medina y René Joaquino no aparecen oponentes con peso específico. El primero estuvo en la Asamblea Constituyente y se está bancando un permanente trabajo político y el segundo tiene una sólida base como Alcalde exitoso en Potosí y ha hecho ya varios intentos de saltar hacia el escenario nacional, uno de ellos también en la Constituyente. Lo demás es material viejo reciclado. Por ello se puede afirmar que en estas próximas elecciones no hay participantes efectivos con propuestas para el país sino sólo oposición al MAS. Desde esa perspectiva, muy poco o casi nada se puede construir, a lo más alcanza para hacer una campaña de referéndum, pero, en ningún caso, presidencial.
Además de la falta de proyectos políticos, que son la suma de estructura, contenido y visión de país, es notoria la ausencia de partidos, es decir, de estructuras políticas tangibles y en funcionamiento. Desde hace años hemos estado viendo la política como un juego de propaganda y mercadotecnia, en el que quienes terminan por decidir son, lamentablemente, los publicistas, empresas productoras y medios de información. No estoy en contra de que toda esta gente participe y gane plata con las campañas, pero, por amor de Dios, que nos den algo de contenido.
El otro extremo es querer inventar una opción a partir del deseo, por muy bienintencionado que sea, de poner en prácticas cosas que se piensan como académico, ser analista en los medios o cientista político; o creer que haber sido alguna vez parlamentario o ministro te faculta automáticamente para hacer política. La realidad ya se encargó de demostrarnos ampliamente que los comentaristas metidos a estadistas no ofrecen ninguna posibilidad sino estrepitosos fracasos.
Quizá el meollo del asunto, el jane, como decimos en Santa Cruz, es que todas las personas desde la acera de la oposición al MAS no quieren reconocer que Evo Morales representa un anhelo de cambio que parte del lugar de igualdad que quieren los que provienen de raíces étnicas diferentes. Por eso es tan importante pensar en proyectos antes que en nombres de personas porque, además, lo grave es que en la acera de Morales tampoco hay propuesta sino consigna. Los proyectos están ausentes en este tiempo preeleccionario y no parece que vayan a surgir como por arte de magia durante el período de campaña propiamente. Querer copar todos los órganos de poder o hacer oposición sin partido, sin proyecto y desde la personita (así en diminutivo) no sólo es la crónica de un fracaso anunciado, sino también una falta de respeto a la ciudadanía boliviana. Exactamente igual que echarnos a la cara un arsenal de pompas de jabón.
*Carmen Beatriz Ruizes comunicadora social .

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