lunes, 9 de noviembre de 2009

No insulten nuestra inteligencia (Mimy Ortiz)

A diferencia de otras personas que en tiempos electorales no miran la TV, ni leen o escuchan otros medios porque los enferman; yo sí los leo, escucho, me enojo, zapateo y hasta me río, pues me interesa conocer siempre lo bueno y lo malo que pasa a nuestro alrededor.

Decía en nota anterior que con las elecciones venideras, los candidatos nos saturarían con sus ofertas; pero no contaba con los insultos a nuestra inteligencia por algunos de ellos.

Escuché de alguien que se postula nuevamente, decir: “Yo no construiré obrita por obrita, sino que de un solo saque haré 15 ó 20 obras, entre puentes, canales, parques, jardines, pasos a desnivel, escuelas, carreteras y hasta un metro.” En el tema educación decía: “Los estudiantes no sólo tendrán desayuno escolar, sino además almuerzo y merienda y en cuanto a útiles, les daré su mochila con cuadernos, lápices y todo cuanto sea necesario para cada niño, incluyendo guardapolvo y sus zapatitos.” Y en salud habrá seguro, vacunas, atención esmerada y gratuita.

Digo yo; los niños se sentirán como Alicia en el país de las maravillas, ¿no cree usted? Y me pregunto a la vez, ¿por qué no hicieron estas maravillas en sus respectivas gestiones? ¿Quién se los impedía?

Si todos conocemos la burocracia de las reparticiones públicas, los pasos a seguir en cada contrato, los desembolsos que salen tarde mal o nunca; ¿cómo le harán estos magos para realizar 15 ó 20 obras simultáneamente? ¿Y cómo le harán con la salud pública, si desde hace años los pacientes deben madrugar o dormir en la calle para obtener una ficha médica y cuando la obtienen, es para 3 ó 4 días después, quizás cuando el paciente empeoró o se murió?

En anteriores gestiones los desayunos escolares y los guardapolvos fueron denunciados como negociados. Hubo construcciones y dobles vías que tardaron añadas y no se conocieron sus costos. Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía, ¿cierto?

Un candidato amigo muy dadivoso, que ganó la silla y le estaban cobrando las ofertas de su campaña, en tono de broma me confesó: “Cuando uno está en campaña, es capaz de ofrecer la plaza 24 de Septiembre y hasta la catedral”.

Lo que deben tener muy presente los candidatos es que el pueblo no está ciego, no es tonto y sobre todo, aún tiene memoria.
==========
La autora es empresaria y ex dirigente cívica
Fuente: El Deber

No hay comentarios:

Publicar un comentario