jueves, 24 de septiembre de 2009

El empadronamiento biométrico (Roberto Ruiz Bass Werner)

TUMPA PIRE

El último desafío del OEP radica, entonces, en su capacidad para depurar los registros ciudadanos y hacerlo con precisión y a tiempo para enfrentar el calendario electoral.

Cuando propusimos autorizar al Órgano Electoral Plurinacional (OEP) la preparación de un plan de contingencia para aplicar en caso de que peligre el proceso de construcción del padrón biométrico, lo hicimos fundamentalmente con base en el análisis de los siguientes riesgos: 1) Logísticos; 2) Del proceso de captura de datos; 3) De la depuración.

En el primer caso, el punto crítico se dio cuando el OEP fracasó en su intento de adjudicar llave en mano el empadronamiento. El cambio de estrategia, al asumir la responsabilidad del proceso, permitió que este riesgo sea oportunamente superado. En relación con el segundo, dependía fundamentalmente de la conducta ciudadana en demanda de su registro en el nuevo padrón, la que fue, y es, ejemplar. Hasta el 20 de septiembre se habrían empadronado 3,5 millones de ciudadanos.

El OEP nos comunicó en agosto que su meta era de 4,2 millones, conformados de la siguiente manera: 3,5 millones del actual padrón, 300.000 que fueron depurados luego del Referéndum Constitucional, 200.000 nuevos inscritos y 211.000 registros en el exterior. ¿Cómo estamos en relación con esta meta? En función de nuestro modelo probabilístico, ajustado con los avances reales reportados, el 25 de septiembre estaríamos ya superando los cuatro millones de registros y restaría monitorear el empadronamiento en el exterior para completar la cifra meta hasta el 4 de octubre. En resumen, este segundo riesgo parece también estar superándose satisfactoriamente (¡!).

El último desafío del OEP radica, entonces, en su capacidad para depurar los registros ciudadanos y hacerlo con precisión y a tiempo para enfrentar el calendario electoral. ¿Qué podemos decir al respecto? De acuerdo con el National Institute of Standards and Technology (NIST) de los Estados Unidos, para los equipos NEC, la tasa de falsos rechazados (FRR) se multiplica por cuatro si usamos en la comparación, en lugar de 10 huellas, sólo dos y por 14 si usamos sólo una huella (¡!). Es decir, pasamos de 0,1% a 0,4% y a 1,4% de FRR en cada caso, para una tasa de falsos aceptados (FAR) de 0,01%.

Con una sola huella, y con imágenes de pobre calidad, esta tasa sube hasta el 17,09% (¡!). Suponiendo que tenemos un 30% de imágenes de baja calidad que provienen de personas de la tercera edad, especialmente mujeres, en campesinos y obreros que realizan pesadas tareas manuales, etc., y que utilicemos por razones de tiempo sólo dos huellas en la comparación, podemos estimar la precisión del nuevo padrón en un 95% de confiabilidad. Aproximadamente la misma que fue certificada por organismos internacionales para el padrón que acabamos de abandonar (¡!). Obviamente la calidad y potencial de mejoras del nuevo padrón es incomparable.

Finalmente, en relación con el tiempo requerido para la depuración, podemos afirmar lo siguiente: el data center del OEP tiene una capacidad de 10 millones de comparaciones por segundo. Con esta capacidad, y tomando en cuenta que, siendo “n” el número de huellas a ser comparadas, el total de comparaciones es N(N+1)/2, el tiempo requerido para comparar y depurar el padrón usando sólo tres huellas por registro es de 92 días y de 41 días si se utilizan sólo dos huellas. Es obvio que al OEP sólo le queda tiempo para utilizar en la depuración dos huellas, para llegar al 95% de confiabilidad en el nuevo padrón. Estos avances nos permiten descartar el plan de contingencia y la idea de utilizar un padrón mixto. ¡Felicidades al OEP y nuestros mejores deseos para una democracia fortalecida!
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El autor es Senador de Podemos
rrbw2005@gmail.com Fuente: La Razón

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