lunes, 21 de septiembre de 2009

De ciertas miserias cruceñas (Rubén D. Atahuichi López)

PARTE–CONTRAPARTE




Ciertos liderazgos cruceños acaban de desnudar una de sus peores miserias con las que alimentaron sus luchas autonómicas, ahora incluso en desmedro de una dirigencia que hasta hace poco mostraba una aparente cohesión. Rechazar la presencia del Presidente en la apertura de un evento simbólico de Santa Cruz, la Expocruz, no es más que la ratificación del clima de intolerancia y racismo que sustentan las acciones de algunos miembros del comité cívico.

Sin mayor desparpajo, el titular de la organización, Luis Núñez, promovió una protesta institucional contra la decisión de la Cámara Departamental de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco) de invitar al Mandatario a la feria, al punto de considerar a sus amigos empresarios de “traidores” y amenazar con renunciar a su cargo. Sobre lo último, que lo hubiera hecho, habría sido mejor para los cruceños, quienes ahora se encuentran en una auténtica polarización, marcada además por las candidaturas de Germán Antelo (con Manfred Reyes Villa) y Óscar Ortiz (con Samuel Doria Medina).

Sinceramente, no me preocupa esa polarización, y, al contrario, creo que va a hacerle mucho bien al país, pues va a permitir a los cruceños decidir entre los radicales y moderados. Y los radicales no están en la línea de los cambios en el país, sino en la defensa a ultranza de los privilegios que siempre tuvieron. Y, ojo, esa polarización está en el lado de la oposición gubernamental, de la que puede sacar tajada el oficialismo.

Si hacemos un recuento de las acciones de esos liderazgos en los últimos meses y años, los resultados nunca los respaldaron. Así, la autonomía que pelearon no funciona ni es constitucional, sus cuadros políticos están tan dispersos y maltrechos (pregunten si Ortiz quiere a Antelo o Rubén Costas a los dos, por ejemplo), la nueva Constitución Política del Estado que rechazaron ahora los rige, el ratificado Evo Morales los ensombrece y gobierna, y hasta pagan —a través de un débito autorizado por el Gobierno— los destrozos que ocasionaron sus facciones cuando por estos mismos días del año pasado se ensañaron contra las oficinas del Estado, en el afán de desestabilizar la actual administración gubernamental.

¿Ustedes creen que los cruceños se merecen esto? No. Esos líderes les hicieron creer que luego del 4 de mayo del año pasado iban a tener autonomía o mejor gobierno departamental (y el salario de 1.000 bolivianos), que eran sus paladines de la libertad y la democracia, y que sus luchas iban a derrotar al régimen actual. No, así no se pelea por el país. A ver, ¿qué habrá dicho Núñez en Europa al denunciar que la administración de Evo Morales viola las libertades y la democracia si él mismo, como muchos de su logia, es quien promueve discriminación e intolerancia?

Y así, el comité cívico y sus aliados hacen lo mismo que denunció hace unos días el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, quien ante la oposición de los republicanos a las políticas de Barack Obama dijo que aquéllos tienen actitud racista.

Seguramente los costos se verán muy pronto, cuando los resultados electorales sepulten definitivamente a esas dirigencias que no se dieron cuenta de que el país ya no es el mismo de antes, es un país que clama por una convivencia pacífica, censura la intolerancia y el racismo y quiere líderes inteligentes, no retrógradas ni fascistas. Lo siento, si bien el título de esta columna puede entenderse como una alusión a los cruceños, en realidad se refiere, de veras, a sólo ciertos líderes cruceños, de los que sabemos los bolivianos y los que viven en esa cálida región.

El autor es comunicador y periodista

rubendal@yahoo.com

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