lunes, 16 de noviembre de 2009

Queremos propuestas no apuestas (Dante N. Pino Archondo)

Resulta complicado tratar de descifrar los desacuerdos, aparentes, que existen entre los candidatos Reyes Villa y Doria Medina, sin conocer con aproximación las propuestas electorales que tienen, pero es mucho más oscuro el panorama si tratamos de descifrar dónde están las discrepancias entre ambos y Evo Morales.

Y es que los debates electorales tienen esa virtud, la de dotar al electorado del conocimiento de primera mano, para saber, que piensa, cada candidato sobre la democracia, la economía, la sociedad y las relaciones internacionales. No es entonces cuestión de conveniencias, como esas de que Evo tiene ventaja y no le conviene debatir, puede ser que a Evo no le convenga, pero hay una obligación con el pueblo y esto debería ser objeto de una reforma posterior en las reglas de juego de la Corte Nacional Electoral, obligar al debate, al menos a uno, a todos los candidatos a la Presidencia de la República.

Porque de todo lo dicho hasta ahora, resulta tragicómico, que mientras Evo Morales nos pone pretextos absurdos para no debatir, Manfred y Samuel se pegan duro. Evo dice que no debate con neoliberales, entonces con quienes debería hacerlo, ¿con socialistas que piensan como él?, es una mediocridad la que se observa en este proceso que provoca bostezos. Y para el colmo, la oposición electoral que busca vencer a Evo se descalifica asimisma.

La ausencia de propuestas hace que el proceso sea un concierto de gritos de guerra, de palos intolerantes y de uso de la fuerza en reemplazo de las ideas. Bolivia vive uno de sus momentos más difíciles. No tiene respuestas para enfrentar la caída de sus ingresos fiscales, el aumento del desempleo, la inseguridad jurídica para mencionar algunos temas. Vive el momento como si este fuera todo su futuro.

Y la ausencia de liderazgo es tan grande que bien podemos afirmar que tendremos un largo tiempo sin una perspectiva nacional que nos muestre el norte. No hay derecha como no hay izquierda. Así que no tendremos Estado ni mercado y viviremos entre las incongruencias, que acometa el Estado y los golpes que provengan del mercado. Este es el panorama de un país que teniendo recursos naturales con mercado internacional, seguirá en el atraso y la miseria gritando Patria o Muerte, fomentando el racismo y acusando al imperio de todos nuestros males.

Mientras tan deprimente panorama se acerca, Manfred acusa a Samuel y este hace lo mismo con él. Eso se llama falta de conciencia de clase. Ambición de poder. Egolatría personal. Que será castigada por Evo con dura represión a corto plazo. Y cuando Samuel sea reprimido en sus empresas y Manfred en su patrimonio personal, entonces se darán cuenta de que fueron tontos, muy tontos, pero demasiado tarde.

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