Es común pensar que el día después importante para la vida de la nación se dará el 7 de diciembre, es decir, el día después de las elecciones generales. En realidad, ese día vamos a saber con certeza quién será Presidente y Vicepresidente, salvo una sorpresa de llegarse a una segunda vuelta -lo que no hay que descartar- y cuál va a ser la composición de la Asamblea Legislativa Plurinacional en sus dos Cámaras, que así hubiera segunda vuelta esta figura no variará.
El verdadero día después que va a cambiar la fisonomía jurídica, económica y social de Bolivia, se va a dar al día siguiente del juramento del Presidente ante la Asamblea Legislativa Plurinacional, cuando empezarán las sesiones en ambas Cámaras para considerar la aprobación de las leyes, las mismas que además son aprobadas por mayoría absoluta de los miembros presentes como estipula el texto constitucional.
Tal y como ha venido trabajando la gente del actual Gobierno, además de los rumores y especulaciones, es casi un hecho real que ya deben tener listos los proyectos de las principales leyes que van a modificar el mapa jurídico boliviano, y una vez posesionado el Presidente y su nuevo gabinete, los trámites legislativos van a ser muy rápidos y con un mínimo de discusión, considerando además que la votación es con un quórum válido de los miembros presentes, por lo que válidamente funcionan las Cámaras con los diputados y senadores presentes, no existiendo –como antes- una exigencia de quórum mínimo de la totalidad de los legisladores en ambas Cámaras, que permitía el juego de cintura de dejar sin quórum cuando se trataba de frenar o entorpecer alguna disposición legal conflictiva.
Mediante la utilización del mecanismo constitucional de aprobación de diferentes leyes en la Asamblea Legislativa Plurinacional, todas las disposiciones legales que se vayan dictando y posteriormente promulgando por el Poder Ejecutivo, van a ser de cumplimiento obligatorio desde el día de su publicación en la Gaceta Oficial, salvo que en la misma ley se establezca un plazo diferente para la entrada en vigencia, que son las menos por supuesto.
Dependiendo del nivel de trabajo que hayan alcanzado las comisiones internas del oficialismo en la redacción de los proyectos de leyes, por la experiencia de anteriores situaciones debemos considerar que sí deben haber alcanzado los más altos niveles en esa redacción, no van a pasar muchos días desde ese día después, para que tengamos el armazón de las principales y fundamentales leyes que van a cambiar –en mi opinión de manera radical- la estructura jurídica, económica y social de este ahora Estado Plurinacional.
Aristóteles decía que “es preferible que mande la ley antes que uno cualquiera de los ciudadanos, y por esta misma razón, aun si es mejor que gobiernen varios, éstos deben ser establecidos como guardianes y servidores de las leyes. Así pues, el que defiende el gobierno de la ley, parece defender el gobierno exclusivo de la divinidad y de la inteligencia; en cambio el que defiende el gobierno de un hombre añade también un elemento animal; pues tal es el impulso afectivo, y la pasión pervierte a los gobernantes y a los hombres mejores. La ley es, por tanto, razón sin deseo”.
Si hasta ahora se ha gobernado desconociendo el Estado de derecho e implementado una serie de medidas abusivas y totalitarias a pesar del ordenamiento jurídico vigente, el día después, el Gobierno va a tener todo el respaldo de una nueva estructura jurídica, donde el Estado de derecho va a estar confeccionado a medida de sus intereses políticos y todo lo que haga va a tener su respaldo legal, sin posibilidades de hacer conocer criterios contrarios. *Abogado
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Fuente: El Deber
lunes, 16 de noviembre de 2009
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